Si los planes del órgano ejecutivo de la Unión Europea se llevan a la práctica, pasarían a formar parte de ella Albania y los países de la antigua Yugoslavia: Bosnia Herzegovina, Macedonia, Montenegro, Serbia y Kosovo, y se trataría de su mayor ampliación desde 2004, cuando se integraron en ella los países bálticos. Montenegro y Serbia mantienen conversaciones con la UE desde 2012 sobre las condiciones de su entrada.
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Rusia como motivo de fondo
Bulgaria, en el centro de los Balcanes, asumió a principios de 2018 la presidencia semestral en el Consejo de Ministros de la UE y su embajador ante el organismo, Dimiter Tzantchev, alertó el 8 de enero de que la larga pausa en la que están sumidas las negociaciones de integración juega en contra de Europa y desmotiva a las naciones. Para el embajador búlgaro, la integración es necesaria para contrarrestar la supuesta creciente presencia de Rusia en los Balcanes occidentales.
"La esperanza de un futuro europeo se ha desvanecido. Hay riesgo de que ese vacío lo aprovechen otras potencias (…) Ahora que la economía europea se ha recuperado, tenemos la oportunidad de demostrar que la perspectiva europea [para esos países] es realista", advirtió Tzantchev.
La presidencia búlgara ante la UE no se ha cuidado de ocultar, en ningún momento, su deseo de impulsar las negociaciones de adhesión, que beneficiarían a Sofía al estar rodeada por Serbia, Kosovo y Macedonia, prosigue EUObserver.
Las disputas territoriales, el principal obstáculo
Sin embargo, el principal escollo para que los seis países balcánicos se integren en el bloque europeo parecen ser, al margen de sus débiles economías —semejantes a las bálticas en el momento de su adhesión—, las pobres perspectivas de mejora, los altos niveles de corrupción y las cuestiones territoriales, destaca por su parte The Financial Times.
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España se ha negado a reconocer a Kosovo como país independiente y se ha mostrado, desde el primer momento, contraria a su adhesión. Temen que se siente un precedente para los independentistas catalanes y abogan por que solo cinco de los seis países accedan al bloque comunitario.
"El concepto de 'WB6' ('Western Balkans 6') no tiene cabida en la dinámica de la integración europea. Kosovo no es parte del proceso de ampliación y tiene su propio marco de relación [con la UE]", respondió el ministro de Asuntos Exteriores español, Alfonso Dastis, durante una sesión de la Comisión Europea.
La integración balcánica también desestabilizaría la frontera marítima y terrestre entre Eslovenia y Croacia. Grecia lleva décadas oponiéndose a usar el nombre de Macedonia para la República de Macedonia, debido a la ambigüedad que el término crea entre el país balcánico y la región griega de Macedonia.
A su vez, la alta representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Federica Mogherini, anunció el 1 de febrero su determinación a "apoyar a todos los socios de los Balcanes para que den pasos concretos irreversibles" en su camino hacia la Unión Europea. De esta manera la disonancia en el seno de los 28 —pronto 27 con la salida del Reino Unido— está garantizada en la cuestión balcánica.