Así, en verano de 2014, los ucranianos empezaron a destinar el 1,5% de sus salarios a gastos militares. En total, invirtieron cerca de 1.300 millones de dólares —88,5 millones en 2014, 318,5 millones en 2015, 403 millones en 2016 y 530 en 2017— en un fondo público creado para financiar la llamada operación antiterrorista en el este de Ucrania.
"He llevado a cabo una investigación y descubrí que el dinero ha pasado a través de un conjunto de empresas, lo cual significa que es un esquema creado por los propios altos funcionarios", explicó.
Al mismo tiempo, informó que Kiev no va a eliminar los impuestos militares, así que nadie sabrá nunca a dónde fue el dinero.
A su vez, el experto en economía Alexandr Ojrimenko indicó que "el dinero va al presupuesto, a una caja común, asimismo, según la legislación ucraniana, nadie tiene que informar de cuánto dinero se ha invertido en la Defensa y cuánto en otras necesidades".
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Según los autores del artículo, el dinero recolectado podría ser suficiente para adquirir 111 vehículos blindados ucranianos Oplot, 555 tanques Bulátov —una versión modernizada del T-84 soviético—, 2.300 sistemas de misiles estadounidenses Javelin o 16 cazas F-16.