"Estos pasos de EEUU son consecuencia de la negativa de Rusia de tomar medidas para cesar el conflicto armado y apoyar la resolución sobre la implementación de la paz", comentó Walker en entrevista concedida a Deutsche Welle.
La portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, declaró que Washington tomó esa decisión para ayudar a Ucrania a proteger su soberanía e integridad territorial.
Desde abril de 2014 Ucrania lleva a cabo una operación contra las milicias en el este de su territorio donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en respuesta al violento cambio de Gobierno ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.
Moscú ha alertado reiteradamente contra el suministro de armamento a Kiev, que según las autoridades rusas solo exacerbaría el conflicto en Donbás.
La Cancillería rusa también ha advertido que las armas estadounidenses podrían acabar en manos de los terroristas en Ucrania.
Asimismo, Rusia ha rechazado más de una vez las acusaciones de estar implicada en la crisis de Donbás, y ha subrayado que se trata de un conflicto interno de Ucrania del que no es parte.