Entre ciertos políticos y periodistas a ambos lados del Atlántico a menudo se escucha la tesis de que Rusia utiliza los suministros de gas como un instrumento político. No obstante, a pesar de las declaraciones de los representantes de la UE sobre la diversificación de las fuentes de energía, los suministros de gas ruso a Europa han estado creciendo de manera permanente en los últimos años.
"Nos puede irritar e incluso puede ser indignante para ciertos países, pero las riquezas naturales, y sobre todo el gas, son una ventaja económica y geopolítica para Rusia", señaló Tot.
Según las estimaciones del especialista, la amenaza del cese de suministros de gas desde Rusia es bastante improbable y solo podría suceder en tres escenarios: si comienza un conflicto bélico entre Rusia y Europa; si Rusia logra disminuir su dependencia de las exportaciones de hidrocarburos o si países —como China o Turquía— logran ofrecer a la UE mejores condiciones que Rusia. Ninguna de estas situaciones se ve probable en un futuro predecible.
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Una situación favorable para todos los integrantes del Viejo Continente sería el estrechamiento de las relaciones entre Rusia y Alemania, sostuvo el analista.
"Si bien la estabilidad dentro de la UE depende en mayor parte de las relaciones entre Alemania y Francia, es también cierto que la estabilidad en todo el norte de Eurasia depende de qué tan buenas sean las relaciones entre Alemania y Rusia", concluyó Tot.