"El proyecto 'Carrier Strike' continúa dejando expuesto financieramente al Ministerio de Defensa y los fondos de otros programas corren riesgo si el Gobierno no lo realiza dentro del presupuesto", advierte Meg Hillier, presidenta del comité.
"Hay mucho en juego con el Carrier Strike, un programa enormemente complejo y costoso que está destinado a ser el centro de la defensa nacional por años venideros", señaló la parlamentaria laborista.
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El coste de los portaviones se ha revisado a 6.212 billones de libras (por encima de los 7000 millones de euros) y podría dispararse de nuevo en función a la fluctuación de la divisa frente al dólar y retrasos de entrega por problemas técnicos con los estadounidenses F35.
El Gobierno del Reino Unido confía en poder desplegar los nuevos portaaviones en misiones humanitarias y operaciones de guerra durante un periodo mínimo de 40 años.