Los mosquitos liberados —todos machos— son criados en un laboratorio y poseen una bacteria llamada Wolbachita, la cual provoca que, cuando se aparean, los huevos de las hembras no eclosionan, lo que reduce significativamente la población de otros insectos de su tipo.
Este control de los mosquitos se realiza, ya que, en los últimos años, redujeron considerablemente la población de aves mieleras nativas de
Hawái. Antes, existían al menos 50 especies de pájaros y hoy el número ha bajado a 17.
En un primer momento, el arribo de estos insectos provocó una fuerte oleada de extinción entre las aves mieleras a la región, claves para la polinización y dispersoras de semillas esenciales del lugar.
Por ello, los pájaros de esta especie optaron por migrar a zonas más elevadas para alejarse de los mosquitos, en las montañas de Maui y Kauai.
Sin embargo, especialistas como el doctor del programa en Hawái de Conservación Aviar de Estados Unidos (ABC, por sus siglas en inglés), Chris Farmer, afirman que
el cambio climático ha hecho que los mosquitos también busquen regiones de mayor altitud,
lo que ha puesto en riesgo el hábitat de las aves.La variedad de especies de aves mieleras pasó de 50 a 17. Tan solo el año pasado, el akikiki, una pequeña ave gris, se extinguió funcionalmente en estado silvestre, mientras que especies como el akepa, cuentan con una población de menos de 100 ejemplares.
Tras varios análisis de especialistas se llegó a la conclusión que la manera de evitar un daño ambiental —con el uso de insecticidas, por ejemplo— era la introducción de mosquitos macho que fueran incapaces de reproducirse.
En 2022, se comenzó a calcular la población de insectos para liberar diez veces más de mosquitos con Wolbachita. Desde ese momento se comenzó la crianza de millones de estos para su posterior liberación.
No obstante, los conservacionistas se encontraron con otro obstáculo: su dispersión en zonas complicadas de llegar. Aunque las primeras liberaciones se hicieron en helicóptero, el costo y la logística aún eran demasiado altos y complejos.
Por ello, optaron por usar drones cargados con cápsulas biodegradables que liberan a los mosquitos en áreas específicas lo que, a su vez, reduce los gastos, el tiempo de vuelo, emisiones y ruido.
Con esta tecnología se ha logrado liberar a 500.000 mosquitos por semana en Maui y otros 500.000 en Kauai. Si el programa tiene éxito, especialistas consideran que no solo se frenaría la extinción de más especies de aves mieleras, sino que se rescataría a aquellas que están en un riesgo mucho mayor de desaparecer.