"Estamos profundamente preocupados por la situación humanitaria en Sudán y por los ataques contra la población civil en el estado de Gezira que violan el derecho humanitario. Creemos que es necesario establecer un alto al fuego lo antes posible y crear un clima de paz y estabilidad", señala el comunicado.
La Cancillería pidió también garantizar el regreso de las personas desplazadas a sus hogares y la entrega segura de ayuda humanitaria.
En este sentido, el ente turco subrayó que Ankara seguirá "prestando ayuda humanitaria para aliviar el sufrimiento del pueblo sudanés".
El 29 de octubre, la directora de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de las Naciones Unidas, Amy Pope, declaró que alrededor de 11 millones de personas han sido desplazadas en Sudán, mientras que 3,1 millones han huido del país para escapar de los combates.
Desde el 15 de abril de 2023, Sudán es escenario de encarnizados combates entre la Fuerza de Reacción Rápida (FRR) y el ejército regular.
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) afirmó que los continuos combates en el país podrían provocar brotes de enfermedades y un colapso fatal del sistema sanitario.
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