El titular del artículo crítico contra Pedro Sánchez es contundente: Pedro Sánchez se aferra al poder a costa de la democracia española.
De ese modo, uno de los medios occidentales con mayor influencia en el mundo señala al líder español como un político cuyas estrategias de conciliación política han sido erráticas, al punto de que sus opositores lo acusan de "subvertir la Constitución".
"La amnistía es la única medida importante que el Gobierno ha conseguido aprobar en el Parlamento en sus 10 meses de mandato. No ha conseguido que se aprueben los presupuestos de este año y es poco probable que lo haga para el próximo. Para colmo, Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, está siendo investigada por un juez", apunta The Economist.
Por su parte, Sánchez afirma que es víctima de persecución política, pero la realidad es que los escándalos que lo rodean no ayudan a su imagen, de acuerdo con el medio. En ese sentido, la revista británica cuestiona cómo Sánchez ha defendido a su esposa pese a muchas pruebas que apuntan a lo contrario.
"En un paso aparentemente desacertado, firmó una carta de apoyo a un amigo que optaba a un contrato público. Cuando estalló este escándalo, en lugar de disculparse, Sánchez culpó a la 'extrema derecha' y dijo que se estaba planteando si la vida política merecía la pena. Sometió a los españoles a un 'periodo de reflexión' de cinco días, para luego reanudar su trabajo", recuerda el medio.
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28 de septiembre, 08:21 GMT
Sin embargo, el riesgo para Pedro Sánchez tampoco es mayúsculo como se podría llegar a pensar, ya que desbancar a un presidente del Gobierno español requiere reunir una mayoría parlamentaria para una alternativa, un reto sumamente difícil, tomando en cuenta que en otros países eso se conseguiría a través de una simple moción de censura en el Poder Legislativo.
"[Sánchez] afirma haber puesto fin a la agitación separatista en Cataluña. Ciertamente, su indulto en 2021 a los líderes nacionalistas encarcelados por la intentona separatista fue sensato. Pero ha ido más lejos de lo que muchos observadores consideran sensato. Ha debilitado el código penal: en documentos firmados con Junts y Esquerra, su partido respaldó la narrativa nacionalista de la historia reciente", señala el medio.
"El presidente del Gobierno no inventó la fragmentación política que hace que el país sea tan difícil de gobernar. Podría argumentar que está adaptando el sistema político a las nuevas realidades, especialmente en Cataluña. Otros ven un giro hacia una confederación mal definida, y retoques tácticos mientras el país va a la deriva", concluye la publicación.
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