Con la ayuda de proyecciones de video, instalaciones artísticas, representaciones teatrales y efectos luminosos, los organizadores recrearon durante dos días el mundo de cuento de Pushkin en el Parque Inferior de Peterhof.
Desde hace unos años, Peterhof es considerado el museo más visitado de Rusia. La superficie de los jardines y parques de la residencia de verano de los emperadores rusos es de 414,2 hectáreas. En el territorio del complejo museístico hay más de 150 fuentes, 32 museos con más de 300.000 objetos expuestos.
El director general de Peterhof, Román Kóvrikov, señaló que, por primera vez en 40 años, se decidió ampliar el formato de la tradicional fiesta de otoño y llevarla al Parque Inferior.
Las fuentes de Peterhof fueron creadas por orden de Pedro el Grande a principios del siglo XVIII. El zar quería crear una residencia que fuera tan lujosa y magnífica como el Palacio de Versalles en Francia.
Las fuentes están construidas sobre un terreno natural con una considerable pendiente hacia la costa del mar. A diferencia de Versalles, aquí no se utilizan bombas ni otros mecanismos de descarga de agua.
Desde los manantiales, situados a 20 kilómetros de Peterhof, el agua fluye por canales especialmente excavados hasta 18 estanques de recogida de agua y desde allí, a través de tuberías metálicas subterráneas, hasta las cascadas y los cuatro grupos de fuentes del Parque Inferior.
El sistema de suministro de agua se ha ido mejorando con el tiempo, pero en general el principio de funcionamiento sigue siendo el mismo que se desarrolló bajo el reinado de Pedro el Grande.
La fiesta de las fuentes atrajo a 38.000 espectadores durante los dos días. El festival concluyó con los tradicionales fuegos artificiales en la Gran Cascada.