"Estamos hablando de otro acto terrorista. Obviamente, estaba dirigido contra civiles, contra la población civil", señaló Zajárova a Sputnik.
El 6 de agosto, el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB, por sus siglas en ruso) informó de bombardeos ucranianos lanzados contra localidades fronterizas de la provincia de Kursk, y afirmó que sus agentes no permitieron ninguna incursión en la frontera estatal.
Según los datos del Ministerio de Defensa ruso, hasta 300 militares ucranianos, apoyados por 11 tanques y 20 vehículos blindados, atacaron este territorio ruso.
El presidente del Comité de Investigación de Rusia, Alexandr Bastrikin, ordenó abrir un caso penal por el ataque contra la provincia de Kursk y precisó que fueron atacados los edificios residenciales y administrativos, junto con las instalaciones de infraestructura civil.
El gobernador interino de la provincia de Kursk, Alexéi Smirnov, reportó un muerto y 13 heridos entre la población civil a causa del ataque. Luego se informó de otros muertos y heridos, incluidos menores, por ataques ucranianos con drones.