Por primera vez, el primer ministro y sus funcionarios de seguridad hablaron de un posible ataque preventivo si se presentase tal oportunidad, y de que se dispondría de información de inteligencia avanzada sobre el plan iraní de ataque, como sucedió en abril, informó el medio. Agregó que la posibilidad de un ataque de ese tipo depende de que la información de inteligencia lo avale y esté disponible tanto para Israel como para Estados Unidos.
El 31 de julio, el movimiento palestino Hamás confirmó que el jefe de su buró político, Ismaíl Haniyá, fue asesinado en un presunto ataque israelí contra su residencia en Teherán, adonde había llegado para asistir a la toma de posesión del recién elegido presidente iraní Masud Pezeshkian.
Hamás culpó a Israel y EEUU de la muerte de Haniyá y prometió tomar represalias. También el líder supremo de Irán, Alí Jameneí, ordenó lanzar un ataque de represalia directo contra Israel. A su vez, el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, rehusó comentar la muerte de Haniyá o el supuesto papel de Israel en ella.
El diario Jerusalem Post informó que el Gobierno israelí había ordenado a los ministros que no hicieran comentarios sobre el asesinato. Una portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, Ana Ukólova, negó en declaraciones a Sputnik la responsabilidad del Estado hebreo en la eliminación de Haniyá.
Paralelamente, crece el temor a una escalada bélica entre Israel y el Líbano.
El secretario general de Hizbulá, Hasán Nasralá, anunció el 1 de agosto que el grupo chií entra en una nueva fase de la lucha contra Israel cuyo Ejército eliminó el 30 de julio en Beirut a Fuad Shukr, un alto cargo de Hizbulá presuntamente implicado en el reciente ataque a un pueblo de los Altos del Golán ocupados.
Tanto Hizbulá como Hamás forman parte del llamado 'eje de resistencia', alianza antisraelí que Teherán ha fraguado con las milicias proiraníes de Palestina, Siria, El Líbano y Yemen.
El pasado 13 de abril, Irán lanzó un ataque masivo con drones y misiles contra Israel en represalia por el bombardeo sobre el consulado iraní en Damasco. El ataque, que se prolongó por varias horas, fue el primero que se llevó a cabo directamente desde Irán, aunque también contó con la participación de fuerzas proiraníes en Siria, Irak y Yemen.
Según las Fuerzas de Defensa de Israel, se lanzaron en aquella ocasión unos 300 proyectiles, 170 drones y 30 misiles de crucero; prácticamente todos fueron derribados fuera del territorio israelí.
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