"¿Para qué es esta oleada de militarismo? ¿Para qué se están preparando en el país vecino? Estas son preguntas válidas sin respuestas oficiales", declaró el líder de Transnistria.
Según Krasnoselski, Moldavia insiste en su presunto deseo de mantener la paz, algo que le gustaría creer a Transnistria.
"Pero, ¿el traslado regular de material militar, incluido en la zona de seguridad, los vuelos no autorizados de pequeños aviones el entrenamiento de los reservistas, y eso es por la paz?", razonó.
El conflicto de Transnistria se remonta a 1992, cuando varios distritos de la ribera oriental del Dniéster, de población mayoritariamente rusohablante, se rebelaron contra Chisináu y proclamaron la creación de la República Moldava de Transnistria por miedo a que Moldavia se fusionara con la vecina Rumania tras el colapso de la Unión Soviética. Chisináu respondió con el envío de tropas al territorio rebelde, lo que provocó un conflicto armado que se prolongó por varios meses.
Actualmente, Transnistria es un territorio fuera del control de Chisináu, con todos los atributos de un Estado, incluido una moneda propia. El mantenimiento de la paz en la zona del conflicto corre a cargo de la Comisión de Control Conjunta y un contingente militar mixto de Rusia, Moldavia y Transnistria. La república rebelde insiste en obtener la independencia, pero Moldavia se la niega, ofreciendo a cambio una amplia autonomía.