Los visitantes pudieron escuchar las campanas y las canciones nacionales, así como aprender más sobre las singulares tradiciones asociadas a la celebración del Kupalie.
En Kupalie, los bielorrusos, al igual que otros eslavos del Este, celebraban muchos rituales, como adivinar el futuro y buscar el helecho en flor.
Según la leyenda, la mítica flor podía cumplir cualquier deseo de un atrevido que la encontrara.
En el evento, los invitados asistieron a una clase de creación de coronas de flores y de muñecas y amuletos folclóricos.
Según los organizadores, los rituales, las fiestas y la cultura cotidiana bielorrusos llegaron a Siberia junto con los colonos. Algunos de ellos no sólo no desaparecieron en el nuevo entorno, sino que, por el contrario, se fortalecieron y recibieron un nuevo impulso para su desarrollo.
Una participante en el festival cerca de la Iglesia del Salvador que fue construida en el siglo XVIII en la ciudad polar de Zashiversk, en Yakutia.
A finales del siglo XIX la ciudad dejó de existir, y en 1971 la iglesia fue desmantelada y transportada a Novosibirsk.
Canciones, cuentos, artesanía, trajes populares y cocina preservaron las tradiciones traídas a Siberia por los colonos.
La fiesta demostró una vez más la diversidad cultural de Siberia como región formada históricamente por nativos de diversos territorios.
En el festival, el Instituto de Arqueología y Etnografía de Novosibirsk ofreció conferencias abiertas sobre la historia de las fiestas de Kupalie e Iván Kupala.
Se ofrecieron charlas sobre las peculiaridades y diferencias de las tradiciones eslavas, así como del desplazamiento de bielorrusos a Siberia.