"La UE atraviesa actualmente una crisis muy grave", declaró Cristina Lobillo Borrero, directora general del departamento de Relaciones Internacionales de la Comisión Europea, en el Foro de la Energía de Bakú. Y señaló la importancia de diversificar el suministro de gas. En particular, se están llevando a cabo negociaciones con Armenia.
Debido a la escasez de combustible, se redujo la producción, pero la electricidad seguía escaseando, sobre todo en invierno. Para resolver este problema, muchos países aumentan las compras de carbón. Ahora Alemania, Polonia, República Checa y Países Bajos son sus mayores consumidores de este combustible, indicó Namer Radi, doctor en Economía.
Esto sucede al tiempo que la energía verde no está a la altura de las expectativas.
Namer Radi aseguró que la rápida sustitución por otras fuentes de energía provocará problemas de suministro eléctrico y dificultades económicas.
"Tampoco es posible prescindir del gas natural. Harán falta enormes inversiones y la Unión Europea no dispone de esos fondos por el momento", añadió Jazánov.
Pero los programas de descarbonización siguen en marcha. En enero-marzo, el coste del combustible importado por la Unión Europea ascendió a 184 euros por tonelada, frente a los 120 euros de antes de las sanciones contra Rusia, muestran los cálculos de Sputnik basados en datos de las aduanas europeas. Al mismo tiempo, en los mercados mundiales el coste medio de este combustible para 2021 era de unos 117 euros y a finales de marzo de este año cotizaba en torno a los 122 euros.
El consumo de carbón fue un 29% menor que en el mismo período de antes de las sanciones de 2021. Pero los costes aumentaron un 9%, hasta 1.100 millones de euros, frente a los 987 millones de euros. Como consecuencia, el precio medio de una tonelada de carbón se multiplicó por 1,5 durante el período.
Además, el combustible estadounidense y australiano tiene unos costes de producción elevados y existen restricciones a la extracción en algunas regiones, subrayó Radi, agregando que China y la India compiten por el suministro.
La UE también espera una diversificación a través de Indonesia, Sudáfrica, Mongolia y Colombia. Pero se necesita tiempo para aumentar la producción allí y el transporte desde esos lugares no es más barato que desde Estados Unidos y Australia.