De acuerdo con el Ministerio de Salud gazatí, el ataque provocó la muerte de 45 personas y dejó heridas a otras 249. El bombardeo fue seguido de un incendio que se extendió por las construcciones en una zona supuestamente segura para los civiles.
"Condeno los ataques israelíes de anoche que impactaron en las tiendas de campaña de los desplazados", declaró Wennesland en un comunicado.
Si bien Israel sostuvo que el ataque iba dirigido contra los dirigentes del grupo palestino Hamás, el coordinador de la ONU expresó su preocupación por la muerte de tantos civiles en una zona donde buscaban refugio.
"Pido a las autoridades israelíes que lleven a cabo una investigación completa y transparente (...) y que tomen medidas inmediatas para una mejor protección de los civiles", agregó Wennesland.
El ataque israelí se lanzó después de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ordenara a Israel el 24 de mayo que detenga su operación militar en Rafah.
Agregó que Israel también debe mantener abiertos los cruces terrestres para la entrada de la ayuda humanitaria y asegurar el acceso irrestricto a las misiones que están investigando las acusaciones de genocidio contra Israel.
Mientras, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, recordó que las decisiones de la CIJ son vinculantes, el propio Israel, a su vez, sostuvo que sus acciones en Rafah no crean condiciones para el exterminio de la población civil palestina.
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