El jefe de Estado ruso hace entrega de esa ofrenda floral el 23 de febrero de cada año, ya que allí, junto a la muralla, se encuentra el Puesto de Honor que lleva el número 1.
Junto con el presidente de Rusia participaron en esta ceremonia el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, los veteranos y los cadetes de las escuelas Suvórov.
En 1966 las cenizas de un soldado soviético desconocido que murió en la Gran Guerra Patria se trasladaron de una fosa común en la región de Moscú al Jardín de Alejandro. Al año siguiente, se inauguró en ese sitio un monumento conmemorativo, cuyo elemento clave fue la llama eterna.
La guardia de honor en la Tumba del Soldado Desconocido apareció en 1997. En 2009, el monumento recibió el estatus de monumento nacional de la gloria militar y en el complejo apareció una estela en honor a las ciudades que también resultaron merecedoras de ese título.