Lo más cerca de la Tierra que llegó el cometa Nishimura fue el 12 de septiembre, pasando a una distancia de 125 millones de km, que es unas 500 veces más lejos que la distancia media de la Tierra a la Luna. Unos días antes, el cometa se hizo claramente visible cerca del horizonte poco antes del amanecer y justo después de la puesta de Sol.
El observatorio espacial solar STEREO-A de la NASA tomó una serie de imágenes del cometa Nishimura, que en septiembre se acercó a la Tierra y luego al Sol. El video de este raro acontecimiento fue recreado a partir de una serie de imágenes por un miembro del personal del observatorio.
El 17 de septiembre, el cometa alcanzó su distancia mínima al Sol, 33 millones de km. No se desintegró, como suele ocurrir en los acercamientos de los cometas a la estrella, pero sin duda recibió de ella su porción de calor, como demostraron las mediciones posteriores.
El 22 de septiembre, además, en un momento determinado, se produjo en el Sol una importante eyección de masa coronal, que arrancó la cola del cometa, y como resultado, no hubo daños visibles para el cometa y la cola acabó recuperándose.
Observar este fenómeno es una gran suerte para los científicos, ya que la ciencia terrestre aún no ha llegado a un consenso sobre la naturaleza del desprendimiento de las colas de los cometas cuando estos objetos se acercan al Sol. Esto puede ocurrir como un impacto directo de masa solar en la cola, y bajo la influencia del campo magnético del Sol.
Para la mayoría de la gente, sigue siendo improbable que el cometa vuelva a ser visible a simple vista antes de regresar a la Nube de Oort. Pero, a menos que se rompa aleatoriamente en las próximas semanas y meses, cosa que puede suceder, hay una posibilidad relevante que dentro de unos siglos sea posible volver a disfrutarlo para la siguiente ocasión en que pase por el vecindario.