A su vez, el presidente argentino, Alberto Fernández, mostró su preocupación por Guatemala y llamó a activar los mecanismos que garanticen el respeto al veredicto popular. Por su parte, el presidente guatemalteco, Alejandro Giammattei, se comprometió ante la Asamblea a entregar su puesto al presidente electo y denunció la injerencia extranjera en el proceso electoral.
Mientras tanto, en varias ciudades de Guatemala, organizaciones indígenas y campesinas se manifestaron pidiendo la renuncia de la fiscal general Porras, del fiscal especial Curruchiche y del juez Orellana por su participación en lo que consideran es un golpe de Estado para evitar la asunción presidencial de Bernardo Arévalo.
El abogado guatemalteco y profesor de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Oswaldo Samayoa, comenta a Sputnik que "lo que ha manifestado el presidente Lula y lo que ha manifestado el presidente Fernández, de Brasil y Argentina respectivamente, ante el sistema de Naciones Unidas, son bien recibidos. En el sentido en que un país como Guatemala, que permanentemente ha buscado entrar en un proceso serio de democracia […] pues requiere de este tipo de apoyos".