Estas ejecuciones son conocidas como 'falsos positivos', y se cometieron entre los años 2002 y 2008, el mismo periodo de tiempo en el que Álvaro Uribe estuvo al mando del país.
Gran parte de los asesinatos del Ejército fueron cometidos contra campesinos y ciudadanos de barrios populares, para que estos fueran presentados como éxitos de la política de Uribe, la cual fue llamada como 'Seguridad Democrática'.
"El Gobierno de Uribe es un proyecto político que se consolida a través de la deshumanización del enemigo, […] lo que vemos cuando el sube al poder es un 'todo vale', una búsqueda sin escrúpulos para dar resultados, como lo que fue las ejecuciones extrajudiciales", dijo a Sputnik Carlos Carrillo, concejal de Bogotá.