Un mercenario británico, Harry Rowe, de 36 años, que lucha por Ucrania, ha relatado a los medios de comunicación sus aterradoras experiencias sobre un combate con armas de fuego contra tropas rusas.
El mercenario recordó el modo en que un grupo de reconocimiento formado por mercenarios británicos, estadounidenses y australianos fue sorprendido con la guardia baja en una isla del río Dniéper.
Según Rowe, soldados rusos lanzaron granadas de gas y humo dentro de la casa donde se encontraban los mercenarios, obligándoles a huir por el tejado y retirarse a la costa. Muchos de los mercenarios recibieron heridas importantes, por lo que fueron trasladados al hospital en lanchas.
"Las granadas de humo y gas les habían jodido los pulmones", señaló Rowe.
El mercenario británico tuvo que regresar a casa, abrumado por la ferocidad del tiroteo, adoptó la postura fetal y estaba contemplando la posibilidad de rendirse a los militares rusos.
El domingo pasado, el Presidente ruso, Vladímir Putin, declaró que muchos mercenarios extranjeros en Ucrania habían sido eliminados durante la operación especial. También instó a la opinión pública de los países no amigos de Rusia, cuyos gobiernos envían militares a luchar en la guerra por poderes de la OTAN en Ucrania, a estar atentos a lo que ocurre allí.
"En cuanto a los mercenarios extranjeros, también sufren pérdidas significativas. Debido a su estupidez. En cualquier caso, el público de los países cuyos gobiernos envían gente a la zona de guerra, el público de estos países también debe saber lo que está sucediendo allí. Y lo pondremos en conocimiento de la gente para que evalúe las acciones de sus gobernantes", comentó Putin.
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