El informe titulado Defendiendo el último terreno elevado señala que, en la última década, el país asiático mejoró su capacidad para hacer lanzamientos espaciales tácticamente sensibles (TRSL, por sus siglas en inglés), gracias al desarrollo de cohetes de combustible sólido relativamente pequeños y móviles que pueden despegar desde una plataforma móvil en lugar de plataformas tradicionales de lanzamiento.
El documento señala que, si bien ambas naciones cuentan con "extensos activos espaciales para una amplia gama de aplicaciones económicas, científicas y militares", Estados Unidos no ha mejorado su capacidad para hacer lanzamientos rápidos, "un componente clave de la resiliencia espacial", sostienen los autores del estudio.
"Estados Unidos tiene la industria espacial más avanzada del mundo, pero no ha demostrado una capacidad proporcional para lanzar cohetes en poco tiempo", se lee en el reporte de 47 páginas elaborado por los investigadores Sam Bresnick y Corey Crowell.
Los autores se basaron en información pública disponible de los últimos 10 años y en la cual confirmaron que China ha lanzado, desde al menos 2002, más de media docena de modelos de cohetes de combustible sólido que son compatibles con lanzadores transportadores erectores (TEL, por sus siglas en inglés), lo que implica que pueden ser lanzados desde plataformas móviles, camiones especializados o desde cualquier área plana y abierta.
Entre los modelos chinos más destacados están el Kuaizhou-1A de Expace y el Long March 11, ambos desarrollados por la Academia de Tecnología de Vehículos de Lanzamiento de China, con al menos 30 lanzamientos exitosos desde 2013.
En contraste, Washington ha centrado sus esfuerzos en el desarrollo de vehículos de combustible líquido como los modelos Pegasus XL y Minotaur, los cuales se basan en diseños de hace tres décadas y requieren de una infraestructura mucho más compleja para su lanzamiento.
El informe señala que una de las opciones que tiene el país norteamericano para cerrar la brecha con China es "administrar los inventarios almacenados de satélites y cohetes, aumentar las inversiones en vehículos de lanzamiento de combustible sólido y asociarse con proveedores de lanzamiento comerciales para desarrollar y mantener vehículos de lanzamiento de combustible líquido para TRSL".
"Para cerrar la brecha con China, el Gobierno de Estados Unidos podría considerar aumentar las inversiones y trabajar con empresas privadas para desarrollar tecnologías relacionadas. Mientras tanto, construir los cohetes antes de necesitarlos y almacenarlos en estados casi listos para su lanzamiento", sugieren los investigadores.
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