El miembro australiano de la Legión Internacional de las FFAA de Ucrania, que se presentó con el pseudónimo Bush,
señaló que teme "al 100%" por su vida por destapar esta información. También afirmó que a algunos mercenarios no se les había pagado nada por su servicio en Ucrania.
Asimismo, el medio se refirió a un reciente diálogo grabado, en el que Bush supuestamente habla a un comandante ucraniano sobre un fallo del sistema que hacía imposible "realizar tareas tan sencillas como transferir hombres de una unidad a otra". En la grabación se oye a Bush negándose a seguir sirviendo en el Ejército donde "se nos maltrata".
Bush indicó que, aunque algunos sus compatriotas de la Legión Internacional Ucraniana tienen más experiencia en el manejo de los
vehículos blindados Bushmasters de fabricación australiana que
se entregaron recientemente a Kiev, se les impide utilizar estos vehículos.
El otro exmilitar australiano Glenn Kolomeitz confirmó a la emisora las palabras de Bush y agregó que a los mercenarios extranjeros en Ucrania "se les amenaza con la cárcel" si piden dejar de servir al lado de Ucrania.
Al mismo tiempo, acusó a los comandantes ucranianos de "hacer caso omiso de la planificación y simplemente enviar tropas, ucranianas y occidentales, a estas batallas sin el beneficio de estos planes operativos". Según Kolomeitz, "eso está haciendo que mucha gente muera por poco efecto en el campo de batalla".
A principios de julio, la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, declaró que se encuentran muchas compañías militares privadas extranjeras en la zona de operación especial rusa que están "implicadas en los crímenes cometidos por los neonazis ucranianos". Añadió que los extranjeros que luchan del lado del Gobierno de Kiev deben saber que siguen siendo objetivos legítimos de las Fuerzas Armadas rusas.