El único precedente a escala nacional se dio en junio de 2018, cuando los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas disminuyeron un 0,42 interanual. Solamente cuatro países europeos cerraron abril con una tasa de inflación alimentaria por debajo del 10%: Suiza (5,4%), Bielorrusia (6,1%), Chipre (6,7%) y Albania (9,6%).
En el polo opuesto se situaron Hungría, con una tasa del 39%, así como Eslovaquia (25,4%), Estonia (23,4%), Serbia (23,1%), Ucrania (22,2%), Lituania (21,9%) y Letonia (20,2%).
Aun así, la inflación alimentaria se moderó en abril en buena parte de Europa, y con especial fuerza en Chequia y Bosnia y Herzegovina (6,2 puntos por debajo de abril de 2022). En Irlanda, la tasa se mantuvo en el 13,1%, el máximo histórico desde la década de 1980, mientras que en Islandia y Noruega se aceleró 0,2 puntos y 1,9 puntos, respectivamente.