Los hechos ocurrieron el 14 de abril en el estado de Wisconsin, y según informa la Marina de EEUU, "el contacto no intencionado entre el buque y el remolcador" se produjo porque este último estaba demasiado cerca del navío militar. Aparentemente, el incidente se produjo debido a una falla en la comunicación.
Afortunadamente, se informa que nadie resultó herido, aunque el propio USS Cleveland sufrió daños menores a causa del impacto.
El comunicado emitido por los militares estadounidenses también explica que otra causa que podría haber contribuido al accidente puede ser el método de botadura bastante antiguo llamado "bote lateral", que supone usar un pequeño remolcador para arrastrar un barco al agua.
El astillero ha declarado que tiene previsto eliminar este tipo de botes laterales en el futuro, en favor de un nuevo elevador de buques, un método más controlado para poner en el agua a los nuevos buques de guerra.
Todavía no se sabe cuánto tiempo se tardará en reparar el USS Cleveland, ni a qué precio. Los críticos del programa también señalan que la trágica ceremonia de botadura será una buena ocasión para poner fin a la construcción de 16 buques de la clase Freedom.
Y es que el percance de la botadura del pasado fin de semana supuso un duro golpe para el programa en el sentido literal de la palabra, ya que no es el primer problema que afecta a las naves de combate de la clase Freedom.
La clase Freedom LCS ha tenido problemas con su sistema de propulsión. Como resultado, los buques pueden perder la potencia de sus turbinas de gas y se quedan solo con la propulsión de sus motores diésel. En estos casos, en lugar de alcanzar velocidades máximas de más de 40 nudos, estos solo pueden alcanzar entre 10 y 12 nudos. Los problemas de propulsión y otros problemas han tenido un grave impacto en la carrera operativa de los LCS. La Armada anunció el año pasado sus planes de retirar del servicio nuevos buques de la clase Freedom.
2 de diciembre 2022, 16:20 GMT