"Nuestro patriotismo ya está empezando a desaparecer lentamente, porque llevamos un año en cautividad y ni siquiera se dice nada de nosotros, nadie sabe nada de nosotros. No se preocupan por nosotros. Simplemente, no nos necesitan", declaró a Sputnik Yevhen Ganzhala.
Explicó que antes había pertenecido a grupos de redes sociales que reclutaban jóvenes para unirse a los batallones neonazis, se había puesto tatuajes ultranacionalistas en el cuerpo y ahora se arrepentía.
"Cuando volvamos a Ucrania, nadie volverá al frente. Vamos a dimitir. Intentaré renunciar por motivos de salud. (...) Ya decidí que no serviré más", resumió el prisionero.
Desde Rusia señalaron que los crímenes neonazis contra los civiles en Ucrania son una limpieza étnica, acciones de castigo. Al apoyar a Ucrania, los países occidentales están normalizando el nazismo, agregaron. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, señaló que en ningún lugar del mundo se promueve el nazismo a nivel estatal como en Kiev.