"Por un lado, ahora todo el mundo habla de una frontera terrestre de 1.200 kilómetros entre la OTAN y Rusia, y en consecuencia la OTAN puede ahora colocar audazmente sus misiles, sus bases en Finlandia. Por el otro, Rusia puede ahora también desplegar tranquila y oficialmente sus misiles y sus bases en esta frontera. Así que intercambiamos fuerzas. Ahora pueden presionarnos, y nosotros podemos presionarlos también oficialmente", declaró el experto.
En sus palabras, se trata de una "presión imaginaria", porque en realidad la Alianza del Atlántico Norte le ha desamarrado las manos a Moscú con su ampliación, y ahora tiene derecho a instalar sus tropas y nuevas bases en la frontera con la alianza militar.
"Rusia probablemente se beneficie de ello. El tiempo mostrará cómo se comportará Finlandia. Creo que se comportará como una marioneta: hará lo que se le diga", resumió Jarísov.
Finlandia concretó el 4 de abril su ingreso a la OTAN, en una decisión que fue considerada por el Gobierno ruso como "un atentado contra los intereses nacionales" y que obliga a Moscú a tomar medidas para garantizar su seguridad.