Sin embargo, los efectos más importantes se suscitaron en sectores alejados del epicentro, como las provincias de El Oro y Azuay, donde los daños materiales fueron bastante significativos, además de que varias infraestructuras costeras del país sufrieron hundimientos y colapsos, debido al "derretimiento" del suelo, lo que según se informa, es producto de un fenómeno conocido como "licuefacción".
La licuefacción es el resultado de la aplicación rápida de la carga y de la rotura abajo de la arena floja bajo la acción de la fuerza del terremoto o de la condición de cargamento rápida.
Durante esta no hay tiempo para exprimir completamente hacia fuera el agua del poro dentro del suelo. En lugar de ser exprimido, se impide que las partículas de suelo se muevan más cerca unas de otras.
Esto aumenta la presión del agua dentro del sistema del suelo lo que suaviza y debilita el depósito del terreno, creando lo que se compararía con un derretimiento de la superficie terrestre.
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