El pecio del Gribshund, propiedad del rey Juan de Dinamarca, Noruega y Suecia (1481-1513), yace frente a la costa de la localidad sueca de Ronneby desde 1495, cuando se cree que se incendió y hundió mientras el monarca asistía en tierra a una reunión política en Suecia.
La nave fue redescubierta por buceadores deportivos en la década de 1960, en los últimos años se realizaron excavaciones esporádicas. En inmersiones anteriores se recuperaron grandes piezas, como mascarones de proa y maderas. Recientemente, una excavación dirigida por el arqueólogo de la Universidad de Lund Brendan Foley halló las especias enterradas en el cieno del barco.
"El Báltico es extraño: tiene poco oxígeno, baja temperatura y baja salinidad, por lo que muchas cosas orgánicas se conservan bien en el Báltico, donde no se conservarían bien en ningún otro lugar del sistema oceánico mundial. Pero encontrar especias como estas es bastante extraordinario", explicó Foley.
Las especias habrían sido un símbolo de estatus elevado, ya que solo los ricos podían permitirse productos como el azafrán o el clavo importados de fuera de Europa. Habrían viajado con el rey Juan cuando asistió a la reunión en Suecia.
El investigador de la Universidad de Lund Mikael Larsson, que estudió los hallazgos, resaltó que este es el "único contexto arqueológico" en el que encontraron azafrán, por eso lo calificó de "muy singular y muy especial".
El investigador de la Universidad de Lund Mikael Larsson, que estudió los hallazgos, resaltó que este es el "único contexto arqueológico" en el que encontraron azafrán, por eso lo calificó de "muy singular y muy especial".
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