El libro, basado en los archivos del Servicio Federal de Seguridad (FSB) y el Ministerio de Defensa rusos,
describe los detalles de las torturas perpetradas por los seguidores de Stepán Bandera durante y después de la
Gran Guerra Patria en sus ataques contra civiles, tanto polacos, judíos y rusos como ucranianos.
"[La obra] incluye las 135 formas de torturas y atrocidades utilizadas por los criminales de la Organización de Nacionalistas Ucranianos [OUN, organización terrorista proscrita en Rusia] y del Ejército Insurgente Ucraniano [UPA, prohibido en Rusia por extremista] contra los civiles. Fueron recopiladas por el Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos de la URSS [NKVD] durante la investigación de los crímenes de los nazis. No voy a citarlos", añadió Medinski.
Por su parte, el director científico de la Sociedad Histórica Militar de Rusia, Mijaíl Miagkov, señaló que los soldados ucranianos que vean y lean este libro pensarán por quién luchan, por qué ideología y si realmente necesitan luchar.
La recopilación estará pronto a disposición del público en general, la dirección ejecutiva de la Sociedad Histórica Militar de Rusia ya recibió solicitudes del libro de bibliotecas, museos, clases de cadetes, asociaciones cosacas y sindicatos, agregó Miagkov.
"La gente en Rusia, en Donbás, en Ucrania y en todo el mundo debería ser consciente de las despreciables atrocidades de los seguidores de Bandera, que creen que pueden matar impunemente a mujeres, niños y ancianos. Los nazis ucranianos de hoy son descendientes directos de las atrocidades de [Adolf] Hitler. El modus operandi es el mismo: tortura de civiles y prisioneros de guerra, tiroteos y una política de tierra quemada. Debemos saber a quién se enfrentan hoy nuestros soldados y quién está al mando de sus acciones. Por lo que Rusia y el mundo ruso luchan hoy", aseveró.
Miagkov recordó que incluso antes de la Segunda Guerra Mundial los líderes de la OUN, Stepán Bandera y Román Shujévich colaboraron estrechamente con la organización de inteligencia militar alemana Abwehr II. Esto permitió posteriormente a los nazis pasar libremente de la seguridad ucraniana o de la Policía punitiva a las filas del UPA y viceversa. Así recibieron de los nazis más de 700 morteros, 10.000 ametralladoras y pistolas, 100.000 granadas de mano, 30.000 minas y proyectiles y más de 12 millones de cartuchos.