En los años de la Gran Guerra Patria la ciudad, asediada por los invasores nazis, no se rindió ante la 'peste' que para aquel entonces ya había devorado la mayor parte de Europa. Leningrado resistía y al fin y al cabo sobrevivió los días más oscuros de su historia. |
Manstein llega a la línea de contacto entre las tropas soviéticas y nazis, cerca de la localidad de Kolpino, para realizar un reconocimiento. Sin usar sus binoculares, en su campo de visión el militar nazi vio las chimeneas de la Planta Izhorski —fábrica de ingeniería mecánica— que producían humo a toda máquina, es decir, funcionaban justo en la línea del frente. |
La tentativa no tuvo mucho éxito, no obstante, puso fin a los planes de los nazis de conquistar la ciudad a través de un asalto. A partir de aquel momento y hasta el fin de la guerra, ningún general alemán se atrevió a ponerse como meta llevar a cabo ofensivas en dos o más secciones del Frente Oriental al mismo tiempo. |