En el estudio observacional participaron 125 pacientes con infarto agudo de miocardio, un 42% de ellos eran mujeres con edades comprendidas entre los 30 y los 83 años. La duración del seguimiento fue de 6 años. Los científicos investigaron los circuitos de regulación nerviosa circulatoria. Estos circuitos garantizan el trabajo coordinado de todos los elementos corporales y, en particular, el ajuste flexible de la frecuencia del pulso y la tensión arterial a las necesidades psicofísicas actuales de la persona.
El científico explicó que en el organismo funcionan cientos de circuitos reguladores que están conectados por una red de conexiones muy compleja, cuya estructura no se conoce bien. En las palabras de Karaváyev, en la práctica solo pueden obtenerse algunas señales indirectas.
"Establecimos la importancia de un índice que caracteriza la fuerza de la interacción entre los circuitos de regulación de los parámetros de variabilidad de la frecuencia cardíaca y el flujo sanguíneo para evaluar el riesgo de mortalidad", especificó.
El investigador añadió que, en la evaluación del riesgo mortal a cinco años, la calidad de la interacción funcional de los mecanismos de regulación cardiovascular en pacientes con cardiopatía coronaria con infarto agudo solo es superada por la insuficiencia cardiaca aguda y es comparable al deterioro de la función ventricular izquierda como importante factor predictivo del riesgo.
El servicio de prensa de la universidad confirmó que un equipo de investigación formado por físicos y cardiólogos estudió la dinámica de la regulación autonómica del sistema cardiovascular en pacientes con infarto agudo. Los investigadores tuvieron en cuenta los parámetros de variabilidad de la frecuencia cardíaca y como resultado del análisis, identificaron los índices más significativos para predecir la mortalidad y el desarrollo de infartos recurrentes.