El obús avanza y se despliega en posición de fuego en menos de cinco minutos. Al recibir de los drones las coordenadas del objetivo, abre fuego con proyectiles de 203 mm contra áreas fortificadas y baterías de artillería enemigas.
La ventaja del Malka es su potencia y alcance. Un proyectil de 100 kg puede lanzarse a una distancia de unos 40 km. Un solo disparo es suficiente para destruir por completo una fortaleza enemiga o un puesto de mando.
El Malka es una versión mejorada del obús autopropulsado 2S7 Pion, desarrollado en la década de 1980, y es considerado como el cañón más potente del mundo de su tipo. Además, también es capaz de lanzar proyectiles con ojivas nucleares tácticas, lo cual convierte al Malka en un arma mucho más temible que un simple obús.