"No hemos llegado aún al pico de la tensión que hubo 60 atrás", opinó Antónov en una entrevista con el Canal 1 de la televisión rusa.
El diplomático reafirmó el apego de Moscú al planteamiento de que una guerra nuclear es imposible de ganar y nunca puede librarse.
"Washington ya habrá olvidado los fundamentos de la estabilidad estratégica que pueden resumirse con una fórmula muy simple: el que dispara primero, muere segundo. Me gustaría creer que, seis décadas después de la crisis de los misiles, en EEUU quedan quienes hayan aprendido esa lección esencial. En cualquier situación, nuestros países tienen la obligación de prevenir que el mundo se deslice hacia una catástrofe", apuntó Antónov.
Por la Crisis de los misiles, conocida en Cuba como Crisis de octubre, se conoce una escalada drástica de la tensión que tuvo lugar en 1962 entre dos potencias nucleares, Estados Unidos y la Unión Soviética, tras el descubrimiento de que los rusos habían desplegado en territorio cubano cohetes de alcance intermedio con ojivas nucleares.
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