Y razones tienen los funcionarios europeos para hacer el máximo esfuerzo y convencer a sus ciudadanos a consumir menos, pues mientras la importación del gas natural licuado ha aumentado, su cantidad está muy lejos de poder compensar la pérdida del gas ruso. Además, informa Bloomberg, los hogares y pequeños negocios consumen hasta un 40% en Alemania, y en los primeros días de octubre los alemanes consumieron un 14,5% del gas.
Si se tratara de un examen, Europa lo habría suspendido, y aún tiene por delante los exámenes finales del invierno, y si quiere aprobarlos, tendrá que aprender a reducir su consumo de gas, destaca el periodista de Bloomberg Javier Blas.
Los volúmenes exactos varían de un país a otro, pero en promedio la Comisión Europea propone reducir la demanda en un 10%-15%. Por ejemplo, Alemania, que dependió en gran medida de los suministros rusos en el pasado, y el Reino Unido, donde el Gobierno ya anunció un plan para limitar la tarifa anual de electricidad, deberán reducir aún más su consumo, en aproximadamente un 20%.