Según cuenta el comandante de una unidad, los Buk-M2 se emplean contra todo tipo de blancos: desde drones y helicópteros, hasta las aeronaves y misiles balísticos del enemigo.
"Estamos atentos todo el tiempo: sin relajarse nunca y observando todo el rato los indicadores, todo irá bien. El sistema ve muy lejos, y si el blanco entra en su zona de ataque es cuestión de engancharlo, informar a los superiores e identificar el objetivo. Todo el proceso dura unos dos o tres segundos", detalló.
El comandante dijo también que en su unidad "ya han perdido cuenta" del número de blancos que abatieron, entre los cuales hay proyectiles de los Himars, misiles balísticos Tochka-U y toda clase de aeronaves. Eso sí, estima que personalmente para él fueron unos 50 derribos.
Aunque sea inferior a su versión más moderna, el Buk-M3, este sistema sigue siendo una amenaza formidable a los blancos aéreos del enemigo que entren en su zona de alcance.