Las tensiones entre Grecia y Turquía, ambos miembros de la OTAN, vuelven a la escena internacional luego de que una filtración de los medios turcos revelase un incómodo incidente aéreo en el Mediterráneo oriental, cerca de la isla de Rodas. Según se dio a conocer, el pasado 23 de agosto un sistema S-300 de fabricación rusa que Grecia mantiene emplazado en la vecina isla de Creta realizó un enganche de radar y apuntó un misil superficie-aire a un F-16 turco que realizaba una misión de reconocimiento a una altitud de poco más de 3.000 metros.
El llamado "enganche" se prolongó por un tiempo, pero "a pesar de ese acto, los aviones completaron las misiones previstas y regresaron a salvo a sus bases", indica CNN Turk, agregando que las reglas de enfrentamiento de la Alianza Atlántica definen esta maniobra como "hostil".
El medio griego NewsIT, por su parte, recuerda que ese mismo 23 de agosto otros dos pares de F-16 entraron en el espacio aéreo controlado por Atenas al noreste de la isla de Kasos, entre Creta y Rodas.
"Posiblemente los turcos quieren crear un escenario de tensión dirigido a la opinión pública internacional y especialmente a EEUU, que le han impuesto sanciones por la compra de los [sistemas antiaéreos rusos] S-400. Con la filtración de hoy del Ministerio de Defensa turco, probablemente quieran argumentar que Grecia tiene tecnologías similares al S-300 que usa contra los países aliados de la OTAN", estima la autora del artículo, Carolina Michelle.
Según ella, esta otra maniobra tendría como objetivo distraer la atención del plan principal de la Fuerza Aérea turca que consistía en "mapear las bases de S-300 en Creta", pero que no pudieron completar su misión porque fueron interceptados por los cazas griegos. Asimismo, recuerda que antes los turcos afirmaron que sus aviones de combate fueron hostigados por los griegos, mientras que el Estado Mayor de la Defensa Nacional griega refutó las acusaciones de Ankara.
A pesar de oficialmente ser aliados en el marco de la OTAN, Grecia y Turquía arrastran un antiguo descontento mutuo que a menudo desemboca en tensiones fronterizas. La situación actual se agudizó en el 2020, después de que Turquía iniciara perforaciones exploratorias en aguas reclamadas por Grecia, que respondió movilizando a sus Fuerzas Armadas en alerta máxima y prometió proteger sus derechos soberanos por todos los medios necesarios. La situación requirió la intervención de EEUU, cuyo secretario de Estado del momento, Mike Pompeo, llamó a las partes a "reducir las tensiones y comenzar a tener discusiones diplomáticas sobre los conflictos".
El pasado 14 de agosto, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, catalogó a Grecia como "pilar de la seguridad" y "aliado fiable" del bloque bélico y añadió que Grecia y Turquía deben resolver sus discrepancias en el Egeo en base a la confianza y solidaridad.
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