El estadounidense con menos de 100 horas de experiencia como piloto ya estaba volviendo al aeródromo cuando el motor de su Aero Commander 100 falló. Debido a la pérdida de potencia, la avioneta bajó rápidamente de 1.500 metros a una altitud de tan solo 300 metros.
Ante semejantes circunstancias, Fraser se vio obligado a realizar su primer aterrizaje de emergencia. La opción más viable que tenía era tocar tierra sobre una autopista de Carolina del Norte, informan los medios locales. Según lo relató el propio Fraser a los periodistas, la otra opción era aterrizar sobre un puente, pero este era demasiado estrecho y allí había demasiados vehículos.
Afortunadamente, en la autopista hubo más espacio, así que esquivando los cables y los coches Fraser realizó un aterrizaje exitoso sin llegar a dañar a los demás ni a si mismo. Después, el avión fue remolcado a un taller cercano para reparar su motor. Tres días más tarde, las autoridades cerraron parte de la autopista para que pudiera despegar y volver a su aeropuerto.
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