Sin embargo, el insólito hallazgo tiene una explicación lógica. Al parecer, se trata de una serpiente de agua de la familia Homalopsidae, un hecho que ha sido difícil de determinar para los especialistas de National Geographic de Rusia.
Los zoólogos suponen que la serpiente ha vivido demasiado tiempo en una parte del pantano que tiene un bajo nivel de agua y muchas piedras, y como resultado de ello el musgo empezó a crecerle sobre la piel.
Eso sí, cuando sacaron al reptil del agua, su precioso 'pelaje' se le pegaba al cuerpo y ya no se veía tan mágico. Dado que las serpientes mudan su piel regularmente, todo este musgo se irá finalmente por sí mismo.
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