En particular, la prohibición de las importaciones de petróleo, gas natural y carbón rusos hizo disparar los precios de la gasolina y del combustible para calefacción en EEUU. Por su parte, las cadenas de tiendas y restaurantes que optaron por abandonar el país sufren pérdidas multimillonarias.
También cabe recordar que hay ciertos bienes rusos de los que Occidente no puede prescindir, como fertilizantes minerales.
Rusia, a su vez, afirma que las sanciones económicas no se traducirán en una situación de desabastecimiento, pues tiene previsto reorientar el mercado y colaborar con los países amigos.