"La primera es continuar a plena escala el trabajo en Rusia, con plenas garantías del suministro de materias primas, componentes y material necesarios para el proceso industrial y cumplimiento de las obligaciones laborales con sus empleados. La segunda opción para accionistas extranjeros es poner su participación bajo administración de socios rusos para luego regresar a este mercado", dijo Beloúsov.
Esta variante, agregó el funcionario, se discutió con representantes de la comunidad empresarial, y algunos inversores ya se decantaron por ella.
La tercera opción, según el vice primer ministro, es el cese de las operaciones en Rusia, el cierre de las fábricas y el despido del personal.
En tal caso, dijo, las autoridades intervendrían a través de un procedimiento acelerado de quiebra para preservar los empleos y el bienestar social.
Varias compañías de Occidente suspendieron en los días recientes sus actividades en Rusia, sujeta a unas restricciones sin precedentes tras el lanzamiento de una operación militar en Ucrania.