La agricultura en expansión, la extracción de madera y la alta población ha provocado que la selva costera de Madagascar y los bosques de África oriental se conviertan en dos de las áreas más amenazadas del mundo.
Aunque más del 90% de la tierra forestal de estos dos escenarios ha sido talada, se siguen considerando como "puntos críticos de biodiversidad". Por ello, y porque su biodiversidad era mucho mayor en el pasado, se eligieron estas áreas como objeto de estudio. Así lo explica Mónica M. Solórzano Kraemer, quien lidera una investigación internacional en la que se detallan nuevas especies de abejas sin aguijón.
Primero examinaron las resinas de los árboles de dichos bosques y, al adentrarse en la secreción orgánica, los científicos encontraron inclusiones de abejas sin aguijón, también llamadas meliponinos (Meliponini): la más joven data de 2015 y la más antigua de hace unos 3.000 años. Entre los 36 especímenes estudiados, los investigadores identificaron tres especies ya conocidas por la ciencia, así como dos especies no descritas anteriormente: Axestotrigona kitingae y Hypotrigona kleineri.
"Hoy, el este de África y el este de Madagascar son paisajes muy fragmentados. Por lo tanto, asumimos que las especies recién descubiertas ya están extintas en este momento", dice Solórzano Kraemer, investigadora del Instituto de Investigación Senckenberg y del Museo de Historia Natural de Frankfurt.
En su estudio, los investigadores se refieren a una "pérdida oculta" de biodiversidad: la extinción de especies antes de que puedan ser descubiertas y descritas en su entorno natural.
"Hasta ahora, la ciencia se ha centrado principalmente en las inclusiones en el ámbar. Sin embargo, la resina y los copales conservan organismos en condiciones comparativamente buenas, lo que los convierte en herramientas importantes para rastrear los cambios en los conjuntos de fauna. Nos revelan cómo era el mundo de los insectos antes del comienzo del Antropoceno, la era de influencia humana, y por lo tanto definitivamente deberían recibir una mayor atención", concluye Solórzano Kraemer.
El estudio ha sido publicado en la revista The Holocene y ha contado con participación internacional. Entre ellos, de la Universidad de Barcelona y el Instituto Geológico y Minero de España-CSIC, de la Universidad de Kansas de Estados Unidos y el centro de investigación de Alemania Helmholtz-Zentrum Hereon-DESY.