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Los secretos del exdetective más joven de España: "Las mujeres tienen un sexto sentido"

Gabriel Cruz fue el detective más joven de España a principios de los 90. Una profesión que acabó dejando de lado para dedicarse al periodismo de investigación. Actualmente, trabaja como reportero en un canal de televisión, pero aún guarda en su memoria muchas de sus anécdotas, que comparte ahora con Sputnik.
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En 1993, un joven de 21 años se estrenaba como el detective más joven de España y lo hacía sin gabardina, ni sombrero, ni lupa, lejos de los personajes de aquellas novelas negras que tanto le habían inspirado durante su infancia. Tampoco se parecía al detective Philip Marlowe de la película El sueño eterno, protagonizada por Humphrey Bogart, su película preferida.
"La normalidad es lo más desapercibido, me encantan los sombreros pero no están permitidos", explica Cruz. Una cámara Nikon, un gran teleobjetivo y un carrete para captar imágenes de noche eran sus grandes aliados. "El detective tiene que tener claro cuáles son sus límites, yo puedo decir que dos personas se han subido a la habitación de un hotel, pero yo no puedo sacar una foto de su interior ya que eso sería intromisión ilegítima y te podrían quitar la licencia". Tampoco podía investigar un asesinato o tráfico de drogas porque es un caso penal y eso lo tiene que hacer la Policía, pero "investigando otros asuntos, al final en algún caso te los encontrabas", detalla.
Un detective privado revela cómo pillar una infidelidad
Su primer caso, que obtuvo anunciándose en las míticas Páginas Amarillas, fue para investigar una baja laboral. Al hacer el seguimiento, todo apuntaba a que esa persona estaba de baja correctamente y no realizando otras tareas como sospechaba la empresa donde trabajaba. Como no detectó nada raro, el abogado que le contrató dijo que así no podía ir a juicio y se negó a pagarle.
Gabriel Cruz actualmente trabaja como periodista de investigación
Cruz patrullaba la ciudad de Madrid a bordo de su Fiat 124 rojo, un color demasiado llamativo para su profesión que le llevó a ser pillado en alguna ocasión. Y es que no solo fue el más joven del país, sino posiblemente el que contaba con menos medios. "En las películas parece que el investigado sale nada más que aparcas el coche, pero yo me tiraba horas y horas de espera sin resultado", recuerda. "He llegado a esperar 10 horas en cafeterías sin moverme, mientras apuraba una Coca-Cola aguada por el hielo. Es una cosa muy cómica", comenta entre risas.
"En esta profesión descubrí que las mujeres tienen un sexto sentido. Los hombres que venían denunciando una infidelidad casi siempre se equivocaban. Sin embargo, el 99,99% de las mujeres acertaba de pleno", declara.
Normalmente acudían a él empresarios por bajas laborales y matrimonios que pensaban que les estaban siendo infieles. Un día, una ama de casa sin dinero y mantenida por el marido, dudaba de la fidelidad de su esposo y contrató sus servicios para descubrirlo. "Al final resultó que su marido era un golfo y la pobre quería pagarme, pero yo se lo perdoné y no le cobré nada. Bastante tenía esa señora con esa vida", reflexiona. "Mucha gente critica a los detectives por meterse en la vida privada y en la intimidad de las personas, pero no piensan que les ahorramos años de vida para no seguir viviendo engañados".

Cómo llegó a ser detective

Aunque erróneamente se piensa que el grado universitario de detective privado es algo relativamente nuevo porque su primera referencia se realiza en la Ley 5/2014 de Seguridad Privada, lo cierto es que existe desde al menos principios de los años 90. Por aquel entonces no había muchas universidades que ofrecieran esa formación y en Madrid, la Universidad Complutense era la única que lo hacía.
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Mientras Cruz se preparaba como detective, estudiaba al mismo tiempo la carrera de periodismo. Luego estudió criminología y años más tarde realizó su tesis doctoral en Derecho. "Cuando fui a recoger mi licencia, el agente de Policía que me atendió me dijo que era el más joven de España que contaba con esa licencia", recuerda.
Tesis doctoral de Gabriel Cruz sobre el uso de la cámara oculta en periodismo
A pesar de lo atractivo de esta profesión, en la que Cruz trabajó cuatro años, hay muchos aspectos oscuros con los que como detective tienes que aprender a lidiar. Cruz explica que cuando te contratan como detective, el cliente lo que busca son resultados. Sin embargo, no siempre los obtienes aunque te tires 10 horas esperando. Algunos clientes no lo entienden y deciden no pagar, uno de los principales motivos por los Gabriel abandonó la profesión. Por eso, y por la burocracia del país, que "es una pesadilla como empresario", describe.

"El detective es más autónomo y más romántico, pero está muy vendido. En periodismo no tanto, pero eres menos libre".

La elevada intromisión en la profesión y la alta morosidad del país también le llevó a dejarlo, aunque económicamente estuviera bien pagado, pues podía llegar a cobrar aproximadamente 5.000 pesetas (aproximadamente 30 euros) la hora. Después pasó a trabajar como periodista de investigación especializado en sucesos, pero tampoco evoca esa etapa con buen recuerdo.

El uso de la cámara oculta en España

Una de las grandes motivaciones de los estudiantes de periodismo es convertirse en un gran periodista de investigación al terminar la carrera, pero con el paso del tiempo, tan solo unos pocos lo consiguen y cuando lo logran, no duran mucho por su complejidad. En 2012, el Tribunal Constitucional prohibía el uso de la cámara oculta en el ámbito periodístico por su vulneración del derecho a la propia imagen y a la intimidad personal.
El exdetective ha cubierto numerosos acontecimientos trabajando de periodista como la muerte del Papa Juan Pablo II
Cruz, con su bagaje como detective primero y como periodista de investigación después, decidió centrar el tema de su tesis doctoral en este asunto. Su trabajo consistió en recabar información con una cámara oculta para utilizarla como prueba en un juicio. "Demostré que la cámara oculta estaba permitida para los periodistas pero que España era uno de los países más restrictivos con su uso para los periodistas de investigación en televisión", recalca.
"Hoy en día tiene más ventajas un ciudadano normal que un periodista", afirma. "Como particular si puedes presentar en un juicio grabaciones y es totalmente legal, pero si eso lo haces como periodista, es mucho más problemático", detalla.
En su tesis también se centró en comparar la situación de otros países en términos de seguridad con cámara oculta y entre los países que destaca que son menos restrictivos con este tema se encuentra Rusia, ya que las dashcam en el interior de los vehículos están completamente permitidas para evitar el fraude a seguros.

"El periodista de investigación es como el picapedrero: generas la información para que otros la comenten", compara. "No existe ningún tipo de protección, yo he recibido muchas amenazas. Llegaron a llamar a la redacción para que cubriera un suceso pero en realidad no pasaba nada, lo hacían para que saliera de allí y poder seguirme".

Después de varios sustos, ya no hace ese tipo de investigación, sino otro más enfocado a los asuntos de la Administración. Actualmente trabaja como reportero para el canal Cuatro y su carrera profesional le ha llevado a ganar el premio internacional ENEX que otorgan televisiones privadas de todo el mundo.
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