Hasta la fecha, se consideró que el animal era el único ejemplar de su especie, los opabínidos. Sin embargo, un equipo internacional de investigadores encontró un hermano perdido del animal, el Utaurora comosa, que fue descrito en 2008 como un radiodonto. Al examinar los fósiles, los paleontólogos concluyeron que en realidad, ambos ejemplares pertenecen a la especie de opabínidos.
Durante el estudio, los científicos sometieron a un análisis filogenético el fósil del Utaurora, descubierto en Utah y que es varios millones de años más joven que el del Opabinia. En particular, lo compararon con 43 otros fósiles y 11 taxones vivos de artrópodos, radiodontos y otros panartrópodos. Como resultado, llegaron a la conclusión de que el animal tenía mucho más en común con los opabínidos de lo que se pensaba.
Si bien las criaturas tienen muchas similitudes, no tienen un ancestro en común, como se creía anteriormente. El estudio demostró que "el uraurora figura como un opabínido en un 68% de los árboles filogenéticos (...) y solo en el 0,04% como un radiodonto".
"La maravilla más extraña del Cámbrico ya no está sola", subrayan los paleontólogos.
Los autores del estudio opinan que el hallazgo contribuirá a comprender mejor la evolución de los artrópodos, el filo más numeroso y diverso del reino animal que incluye más de 1,3 millones de especies descritas.