Denem Orhun, un ingeniero de 39 años que trabaja en EEUU, buceaba en la costa de Dikili hace un año y medio cuando se encontró con unas columnas redondas bajo el agua.
Como se ha podido saber, las columnas formaban parte de un puerto que pertenecía a la antigua ciudad de Atarneo, fundada por los Akalis, después de que se mostraran las imágenes de los artefactos a un equipo de excavación que trabajaba en la antigua ciudad de Pérgamo.
Tras el descubrimiento, el área fue declarada sitio protegido de primer grado. En el Boletín Oficial se calificó de hallazgo arquitectónico, lo que indica que las actividades marítimas que se habían desarrollado desde la época antigua continuaron incluso después de los cambios topográficos que ocurrieron como resultado de los movimientos tectónicos.
La ciudad de Atarneo floreció en el siglo IV a. C., cuando era la sede del Gobierno de Hermias, un amigo de Aristóteles, que gobernaba el área desde Atarneo hasta Assos. La ciudad quedó abandonada en el siglo I a. C., posiblemente a raíz del brote de una epidemia desconocida.