"El incremento de la competitividad del sector agroalimentario; el incremento de la sostenibilidad de cara a los retos del cambio climático", fueron los objetivos del plan citados por el ministro de Agricultura, Luis Planas, junto con la trazabilidad y la seguridad alimentaria.
En la reunión posterior al Consejo de Ministros, Planas repartió en tres apartados un presupuesto total de 1.002,9 millones de euros del llamado PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) agroalimentario.
En primer lugar, serán 400 millones para "mejorar los procesos de producción e incrementar la competitividad" de la industria agroalimentaria, como explicó el responsable de la Agricultura española, que situó al país en el cuarto lugar en la Unión Europea y octavo del mundo en este ámbito y que confesó que son posiciones que España aspira a conservar y mejorar.
También se destinarán otros 454,3 millones de euros a la adaptación digital de la cadena alimentaria, "transformación, comercialización y distribución", matizó Planas, que añadió que para este apartado se convocaron ya las primeras ayudas.
Finalmente, habrá una tercera partida con el dinero restante —148,5 millones de euros— para la investigación e innovación de la industria agroalimentaria del país.
El titular de la Agricultura española estimó un impacto superior a los 3.000 millones de euros de estas actuaciones en el sector "en un escenario conservador de base", por lo que admitió que podría ser superior el efecto económico en este ámbito de la economía.
Luis Planas también quiso poner en valor la importancia del sector agroalimentario para el país, que supone el 10% del PIB español y da empleo a dos millones de personas.
Explicó asimismo que, dada la estructura de pequeñas y medianas empresas predominante en el sector, se trabajará con las organizaciones sectoriales para facilitar la llegada de las ayudas a todos los rincones del país.