Según informó la Universidad de Navarra en una nota de prensa, el estudio confirmó que las hormonas producidas por el músculo durante el ejercicio físico disminuyen las probabilidades de contraer el COVID-19 y reduce la inflamación y la muerte celular en caso de contraerlo.
A su vez, se destaca que los pacientes con obesidad presentan un mayor número de receptores para el virus SARS-CoV-2 en la grasa corporal y que, además, las células grasas de estos pacientes pueden producir más moléculas inflamatorias que los individuos con peso normal.
Según explicó la doctora Amaia Rodríguez, "a medida que aumenta el grado de obesidad, mayor será la inflamación y es más probable que se desencadene una tormenta de citoquinas, que son proteínas que controlan la actividad de las células del sistema inmune. Esto supone uno de los mayores riesgos de la persona diagnosticada con COVID-19 severo".
4 de febrero 2022, 13:20 GMT
También detalla que una de las alteraciones endocrinas que padecen las personas con obesidad es la sufrida en las mioquinas, debido a que no están bien reguladas. Precisan que las hormonas FNDC4 y FNDC5 aumentan durante el ejercicio físico y median su efecto beneficioso sobre múltiples órganos y patologías, por esa razón reducen la posibilidad de infectarse con el virus del coronavirus y las complicaciones que podrían derivarse de la enfermedad.
En cambio, los pacientes con obesidad tienen menos concentraciones en la sangre de esas mioquinas. Por lo tanto, si llegan a contraer coronavirus están más expuestos a una inflamación grave y a este tipo de muerte celular, causando un daño multiorgánico, que es una de las principales causas de muerte de los pacientes con COVID-19 severo.
La doctora Rodríguez precisó que en estudios in vitro comprobaron que esas mioquinas son capaces de reducir los receptores del SARS-CoV-2 en los adipocitos.
"Por tanto, si una persona sana hace ejercicio físico tendrá más mioquinas y, por ende, disminuirán esos receptores del coronavirus en su grasa".
De acuerdo con las investigaciones que han hecho desde el inicio de la pandemia en el Laboratorio de Investigación Metabólica de la Clínica Universidad de Navarra, los pacientes con obesidad cuentan con una mayor predisposición de padecer la enfermedad.
"Tienen mayor riesgo de requerir hospitalización y, al mismo tiempo, de ingresar en la UCI, donde es más probable que necesiten ventilación mecánica invasiva", alerta la codirectora del Área de Obesidad de la Clínica Universidad de Navarra, Gemma Frühbeck.