Se trata del tercer cáncer más frecuente a nivel mundial, según datos de la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC), de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Tan sólo en 2020 fueron diagnosticados 2 millones de nuevos casos de esta enfermedad que suele presentarse más en hombres que en mujeres. Sin embargo, la OMS advierte que, hace dos años, el cáncer colorrectal se convirtió en el segundo cáncer más recurrente entre el género femenino, sólo después del cáncer de mama.
No sólo eso. El índice de mortalidad también es alto. El organismo apunta que fue la segunda causa más común de decesos por cáncer en todo el mundo. Casi 1 millón de personas fallecieron debido a la enfermedad en un año.
Si bien es cierto que el incremento de las cifras de casos detectados se debe a un mayor avance en las pruebas de diagnóstico, es innegable que la vida moderna ha contribuido a que cada vez más gente padezca cáncer de colon o recto, cuyos síntomas tempranos muchas veces se confunden con el de una colitis, explican expertos consultados por Sputnik.
"El principal cáncer de intestino es el cáncer de intestino grueso o cáncer de colon y recto. Sin duda estamos ante uno de los cánceres más frecuentes y mortales de los últimos años", asegura Armando Ramírez, exjefe de la Unidad de Oncología del Hospital Juárez de México.
Para los especialistas ya no hay forma de combatir al 100% esta enfermedad. "Tendríamos que dejar de envejecer y regresar a la etapa de nuestra Historia en la que sólo consumíamos vegetales y raíces", observa Ramírez, quien también es especialista en cirugía oncológica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Sin embargo, la OMS apunta algunas acciones que contribuyen a disminuir el riesgo de padecerla: tener una dieta rica en fibra —frutas y vegetales—, hacer ejercicio, evitar el consumo de tabaco y alcohol y tratar de consumir alimentos sin procesos industriales.
¿Qué provoca este cáncer?
Aunque las causas del cáncer siguen siendo motivo de estudio, los médicos sí identifican algunos factores de riesgo para desarrollar esta enfermedad. Uno de ellos es la herencia.
"Entre el 10% y el 20% de los casos se asocian a factores hereditarios. [En algunas personas], sus historias clínicas familiares indican que existen patrones genéticos en los que el abuelo, el tío o el padre han padecido cáncer de colon", explica Roberto Hernández, miembro de la European Society of Surgical Oncology y especialista en oncología del Centro Médico ABC de México.
La alimentación es otro factor preponderante y prácticamente inherente a cualquier sociedad moderna. La Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer (IARC) señala al patrón dietético de los países industrializados como una de las principales causas de este cáncer intestinal.
Estos hábitos alimenticios se caracterizan por un alto consumo de carne roja y carne procesada. Es esta última la que mayor daño causa al tracto digestivo, sobre todo al intestino grueso. La carne procesada se puede encontrar en prácticamente cualquier parte, desde los filetes congelados que venden en los supermercados hasta las hamburguesas de McDonald's, los pollos fritos de KFC o las pizzas de Domino’s. Las sopas instantáneas, los enlatados y los embutidos también son ejemplos de comida procesada.
“Por todo lo que estamos comiendo ya hay más casos de cáncer de colon. Los alimentos procesados se quedan de 10 a 24 en el intestino hasta que la persona va al baño. Pero es en ese intervalo de tiempo cuando las sustancias contenidas en esos alimentos entran en contacto con nuestro intestino y hacen que una célula normal madura se convierta en una maligna hasta que se reproduzca sin control y aparezca la formación de un tumor”, abunda Armando Ramírez.
En países como Alemania o Estados Unidos hay una mayor cantidad de casos debido a que la alimentación de sus poblaciones está basada en embutidos y alimentos ahumados, señala Hernández.
Los especialistas consultados por Sputnik también advierten que el tabaquismo es un factor de riesgo importante. Y cuando fumar se combina con beber alcohol, los efectos pueden ser aún más graves, aseguran.
"El tabaco está en el 30% de los cánceres que se reproducen en los adultos. Pero sabemos que sus efectos son potenciados por el alcohol. Hacen sinergia. El alcohol provoca una inflamación crónica del intestino; después de esa etapa aparecen los tumores", explica Ramírez.
¿Cómo prevenir?
Todos los expertos coinciden en que la actividad física es una gran forma de evitar ser diagnosticado con un cáncer de colon.
Según la OMS, introducir más actividad física en la rutina diaria no es una tarea complicada. La estrategia puede ser sencilla, desde decidir ir al trabajo caminando o en bicicleta hasta subir las escaleras en lugar de utilizar los elevadores.
"Existe mayor riesgo en personas obesas, que padecen diabetes o que son sedentarios. Lo recomendable es practicar deporte, cuidar la alimentación y tomar vitamina B", recomienda Hernández.
Sin embargo, sería utópico pensar que con estas medidas el cáncer colorrectal desaparecerá. De hecho, la solución más viable y realista, dicen los expertos, es la detección temprana del padecimiento a través de pruebas de rutina.
El problema, apunta Ramírez, es que no existen pruebas rápidas para diagnosticar este tipo de cáncer.
"Para identificar el cáncer cervicouterino tenemos la famosa prueba del papanicolaou. Para el cáncer de mama, la mastografía. Pero para el cáncer de colon no tenemos nada similar", reconoce el oncólogo de la UNAM.
"Casi todos los Gobiernos y las asociaciones civiles se fueron a luchar del lado de los pacientes de cáncer de mama y cáncer cervicouterino, pero no podemos decir lo mismo del cáncer de colon y recto", agrega el experto.
Sin embargo, existen pruebas de laboratorio que detectan sangre microscópica oculta en las heces. El objetivo es que cada vez más personas se realicen estos estudios, sobre todo si ya rebasan los 50 años, sugieren los médicos.
"Hemos aprendido que, antes de que el paciente llegue con un cáncer de colon, empieza con un cáncer pequeño que no se ve y no se siente, pero que sí expide sangrados en el excremento. Porque aunque la persona diga que no está sangrando, es probable que sí lo esté haciendo, pero no de manera visible para el ojo humano. De esta forma, con estas pruebas, podemos detectar el cáncer de forma temprana para poder operar y curar al paciente", afirma Ramírez.
Hernández advierte que, si una colitis no se cura en el tiempo normal con un tratamiento determinado, inmediatamente se debe descartar esa enfermedad y escalar el caso a un médico oncólogo, porque muchas veces los síntomas de la colitis pueden ser el inicio de un cáncer.
El problema es cuando el paciente llega con sangrados mayúsculos, bolas en el abdomen, pérdida de peso o sistemas inmunes muy débiles. Es ahí cuando ya no hay mucho qué hacer.