Según el experto, miembro de la Fundación Pueblos del Sur, "fue un crédito totalmente excepcional y de características estrictamente políticas, cuyo destino de ninguna manera era ayudar o resolver los problemas que normalmente utiliza el FMI para las economías, sino fue para sostener políticamente al Gobierno de Mauricio Macri", en particular, para echar abajo todo el enorme trabajo que se hizo durante la gestión de Christina Fernández de Kirchner para resolver el viejo litigio con los 'fondos buitre'.
Recordó que fue un 'un stand by' de 57.000 millones de dólares –"un monto que jamás se le dio en la historia del FMI a ningún país del mundo"–, "de los cuales se desembolsaron más de 44.000 millones que se tenían que devolver en tres años", algo "absolutamente imposible para cualquier economía".
"Este crédito fue un salvavidas de plomo en unas circunstancias muy delicadas", subrayó Guida, al afirmar que el préstamo "fue dado violando un montón de normas, disposiciones y prácticas del FMI", al tiempo que todos "los economistas serios" advertían que "era insostenible recibir, aceptar, y ejecutar ese programa".
Un programa que arruinó los logros del Gobierno antecesor al de Mauricio Macri, que "dejó a Argentina con una deuda con el FMI de cero" y "una deuda externa que ni alcanzaba al 8% del producto interno bruto [PIB]".
El actual presidente argentino, Alberto Fernández, recibió el país con "una deuda externa que estaba representando más del 80% del PIB y con unas condiciones absolutamente impagables con las del FMI", concluyó Guida.