"Al restringir la ingesta de grasas, una persona no permite que las células de su cuerpo funcionen normalmente, lo que provoca la inanición de vitaminas y minerales", señaló Fus.
La especialista explicó a MedikForum que las grasas consumidas con los alimentos facilitan la síntesis del surfactante, una sustancia necesaria para la salud de los pulmones, ya que mantiene los alvéolos pulmonares inflados.
El consumo insuficiente de grasas no solo es perjudicial para los pulmones, advirtió la nutricionista, sino que también contribuye al desequilibrio hormonal: los hombres corren el riesgo de sufrir una disminución de los niveles de testosterona, y las mujeres, una deficiencia de estrógenos.
"En los hombres y las mujeres, las hormonas sexuales se sintetizan a partir del colesterol, que procede de las grasas animales y se sintetiza en el organismo a partir de ellas", subrayó Fus.
Según ella, la ingesta diaria normal de grasa debe ascender a 80 gramos, la mitad de los cuales deben consistir en grasa de origen vegetal, pero también es importante asegurarse de que los alimentos, que son fuente de grasa, sean de buena calidad.
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