El 21 de septiembre de 1976 el argentino Pablo Díaz fue secuestrado de su casa en el marco de un operativo militar contra estudiantes en la ciudad de La Plata. Tenía 16 años, y como sus compañeros, reclamaba boletos gratis para los alumnos de secundaria.
Mientras enfrentaba la tortura, la familia desconocía su paradero y recién lo supo en febrero de 1977. Hasta noviembre de 1980, cuando fue liberado, el joven pasó por los centros de detención clandestinos conocidos como Pozo de Arana y Pozo de Banfield.
En Argentina 232 adolescentes de entre 14 y 17 años fueron desaparecidos durante la dictadura que gobernó entre 1976 y 1983.
Díaz es uno de los sobrevivientes de la llamada “Noche de los lápices”. Como tal este año testificó en la causa que investiga los crímenes cometidos por 27 represores en los centros ya mencionados y en otro conocido como El Infierno. En ese marco conversó con Telescopio.
“Si nos detenemos a ver las edades o las caras de cualquiera de nuestros hijos hoy, o de nuestros nietos, nos estaríamos preguntando cuáles son las posibilidades reales de confrontación que podíamos llegar a tener, al margen del repudio a través de panfletos o de una pintada en el baño”.
Otro de los temas vinculados con los derechos humanos que abordamos este año fue la situación de miles de personas que atraviesan la selva del Darién. Ubicada en la frontera entre Colombia y Panamá, cruzan con la intención de seguir camino hacia Estados Unidos.
Son 97 kilómetros de ríos con crecidas súbitas, pendientes y precipicios extremadamente riesgosos a los que se suma la constante amenaza de grupos delictivos que acechan a los migrantes.
Este año Panamá registró el pasaje de 130 mil personas por esa región, a la que se le considera la selva más peligrosa del mundo.
Quienes sobreviven llegan a la población panameña conocida como Bajo Chiquito en condiciones deficientes. Allí la organización Médicos Sin Fronteras tiene una base de trabajo coordinada por Raúl López, quien dialogó con Telescopio.
“Es una crisis humanitaria con todas las letras”, afirmó el entrevistado.
“Nos llegan con los pies destrozados, no pueden dar un paso más. Llegan sin ropa, algunos con hipotermia, con los niños desnutridos, con problemas estomacales, sin fiebre. Es terrible”.
En el Mar Mediterráneo también se vive desde hace años una cruda realidad: miles de personas mueren al intentar llegar a Europa desde África en embarcaciones precarias.
El viaje de quienes huyen de los conflictos y la pobreza en sus países de origen es altamente inseguro, está guiado por contrabandistas, traficantes de personas y petróleo.
Desde el año 2014 hasta la fecha, más de 20.000 personas murieron ahogadas, según la Organización Internacional para las Migraciones.
En ese escenario, el trabajo de las Organizaciones No Gubernamentales que se dedican al salvamento marítimo es fundamental. Open Arms, lo hace desde hace más de 20 años y Telescopio conversó con Riccardo Gati, Jefe de Misión y Director de Open Arms Italia.
"La obligación de los países una vez que las personas son rescatadas es llevarlas a un lugar seguro. En el Mediterráneo Central esto es Malta o Italia. Pero Malta se niega totalmente mientras en Italia la acción de ayudar no se toma de manera inmediata”, señaló el Jefe De Misión del Open Arms Italia.
"El mar se convierte en un muro que no da paso (…) Y los gobiernos criminalizan a los migrantes y rescatistas”, dijo Gatti.
En Uruguay, Telescopio se transmite en Radio M24 (frecuencia 97.9 de Montevideo y 102.5 de Maldonado) lunes y miércoles a las 19 horas, y los sábados a las 12 horas. En Bolivia, por Radio Illimani - Patria Nueva (94.3 FM para todo el país y 93.7 FM en Cochabamba), de lunes a viernes de 4 a 5 horas. En Radio Kawsachun Coca (FM 99.1 de Cochabamba y FM 99.9 Trópico), de 22 a 23 horas. En Argentina, por Radio Del Plata (AM1030) los sábados de 7 a 8 horas.